El Monumental explotó. En una tarde cargada de emociones, River Plate venció 2-1 a Boca Juniors y festejó a lo grande ante su gente. Los goles de Franco Mastantuono, la joyita que ilusiona a todo Núñez, y de Sebastián Driussi, sellaron un triunfo que quedará marcado en este 2025. Boca, que venía golpeado, encontró algo de vida con el descuento de Miguel Merentiel, pero no le alcanzó. Los dirigidos por Martín Demichelis manejaron los tiempos del partido, mostraron más intensidad y, sobre todo, supieron pegar en los momentos justos. El Superclásico arrancó vibrante, con River dominando y buscando lastimar desde el arranque. El premio llegó rápido: Mastantuono capturó una pelota suelta en el área y la clavó abajo, imposible para el arquero. Ya en el segundo tiempo, Driussi amplió la ventaja con una definición de goleador. Boca reaccionó tarde. Merentiel, siempre encendido, descontó tras una buena jugada colectiva, pero el Xeneize no encontró la claridad para empatarlo. Con este resultado, River reafirma su poderío en casa y mete presión en la pelea del torneo. Boca, mientras tanto, se vuelve a La Ribera masticando bronca y pensando en levantar cabeza lo antes posible. En el Superclásico, el Monumental fue una fiesta, y River, el dueño absoluto del grito final.