El infierno de La Bombonera: silbidos, insultos y un Riquelme tensionado La noche del lunes fue mucho más que una eliminación para Boca. Fue una explosión de bronca contenida. El Xeneize cayó 1-0 ante Independiente en los cuartos de final del Torneo Apertura 2025, y el golpe no solo fue futbolístico. La derrota encendió la mecha de un malestar que venía creciendo partido tras partido, y que terminó explotando con silbidos ensordecedores, insultos y cánticos furiosos en las tribunas. El tanto de Álvaro Angulo a los 64 minutos silenció el estadio por unos segundos. Después, vino la tormenta. La Bombonera, que ya venía caliente por el rendimiento del equipo y las decisiones dirigenciales, se convirtió en un hervidero. “¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!”, tronó desde los cuatro costados. Las críticas, durísimas, estuvieron dirigidas especialmente hacia la cúpula dirigencial que lidera Juan Román Riquelme. El presidente xeneize vivió la jornada con una mezcla de tensión y resignación. Ubicado en su tradicional palco, Román fue captado por las cámaras inquieto, caminando de un lado al otro y cebando mate de espaldas al campo. Intentaba mantener la calma, pero los gestos lo traicionaban. Sabía lo que venía. Mientras tanto, en el campo, Boca mostraba poco. Sin ideas, sin reacción, y sin punch para revertir el resultado. El equipo terminó el partido con más dudas que certezas y una hinchada que lo despidió con silbidos feroces. Los jugadores salieron cabizbajos, sin saludar, conscientes de que la noche había dejado algo más que una eliminación: un quiebre. No fue la primera vez que el hincha le apunta a la dirigencia. Ya en la fase de grupos se habían escuchado quejas tras la caída ante Talleres. Pero esta vez fue diferente. La eliminación en casa, frente a un clásico rival, en un torneo en el que Boca tenía la obligación de pelear, fue demasiado. El ciclo del club bajo la conducción de Riquelme, que tuvo puntos altos como la Copa Argentina 2023 y la clasificación a esta Libertadores, está en su momento más crítico. La gente lo hace saber, y en el club se empieza a sentir el temblor. En lo futbolístico, se espera una profunda revisión. Diego Martínez quedó muy tocado tras la eliminación, y aunque su continuidad no parece correr riesgo inmediato, la presión es cada vez mayor. El próximo semestre, con la Copa Libertadores como principal objetivo, se presenta como un examen definitivo.