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¿Quién es Fassi? El patrón de la doble moral: vende gestión, pero no paga ni el café

Mientras se candidatea en Córdoba y se muestra como el Messi de los dirigentes, Andrés Fassi acumula denuncias por deudas, promesas incumplidas y desplantes. Desde México critica al fútbol argentino, pero a la hora de rendir cuentas... brilla por su ausencia. ¿Y la AFA? Mientras tanto, gestiona, compite y gana.

  • 26/05/2025 • 23:31

Recientemente hinchas de Talleres de Córdoba, explotaron hoy en las redes de bronca al ver a su presidente, haciendo declaraciones más preocupado por el fútbol Mexicano que el de su propio club. Teniendo en cuenta que Talleres está a 2 puntos del decenso.

En la pasarela política de Córdoba, Andrés Fassi volvió a ponerse traje de candidato. Apareció en medios, buscó titulares y se colgó la medalla del subcampeonato de Talleres como si fuera una Libertadores. Pero mientras levanta la voz en nombre de una “nueva gestión”, lo siguen desde atrás un tendal de deudas, reclamos y papelones administrativos.

El presidente de Talleres vive entre el marketing y la omisión, vendiendo una imagen de dirigente moderno, pero dejando en el camino más cheques voladores que ideas concretas. Su historial reciente incluye:

  • Deudas con jugadores y representantes, como el caso Buffarini, quien le clavó una frase en redes que fue más punzante que una patada en la tibia:
    “A veces las palabras se las lleva el viento, y otras veces las tapa la vergüenza.”

  • El papelón con River por Rodrigo Villagra, donde acordó una cifra millonaria… y luego se borró de la mesa de negociación. Resultado: conflicto judicial.

  • La crisis con Vélez por Valentín Gómez, jugador que iba a ser transferido a Udinese vía Talleres pero terminó envuelto en una operatoria que no cerraba por ningún lado.

  • El estrepitoso caso de Rampla Juniors en Uruguay, el polémico club de Gillet Foster  en el que Fassi también mete mano y que está último en la tabla. ¿Casualidad?

Mientras tanto, desde México lanza dardos contra la AFA, contra el torneo local, y hasta contra los formatos de competencia, como si el fútbol argentino le quedara chico.

“En Argentina no hay desarrollo”, dijo en una entrevista. Curioso, porque bajo esta AFA se ganaron Mundiales, Copa América, se fortaleció el Ascenso y hasta el formato con playoffs (sí, ese que tanto critica) se exportó a varios países.

A diferencia de los que hablan desde afuera, en Viamonte laburan en silencio. Mientras Fassi se la pasa volando entre Córdoba y Pachuca, la Selección levanta copas, los clubes compiten internacionalmente y la estructura del fútbol argentino mejora año a año, con una conducción más austera y efectiva.

Fassi quiere vendernos gestión, pero no paga ni el café. Habla de “institucionalidad”, pero esquiva reuniones. Se candidatea con discursos de cambio, pero deja a jugadores y clubes colgados de la brocha.

No alcanza con tener una cuenta de Twitter activa o con sacarse fotos con trofeos ajenos. Gestionar es mucho más que prometer. Es cumplir, dar la cara y construir.

Y en eso, hay dirigentes que hablan con hechos... y otros con slogans.