River pisa el césped del Monumental con la tranquilidad de haber sellado su liderazgo en el Grupo B de la Copa Libertadores, pero sin dormirse en los laureles. Este martes 27 de mayo a las 21:30, frente a Universitario de Perú, hay un detalle que le pone sabor extra a la noche: Franco Armani y Kevin Castaño acumulan dos amonestaciones cada uno, y un solo cartón más los dejaría fuera de la ida de los octavos de final              90 minutos de táctica y precaución Marcelo Gallardo alineará de arranque a su arquero y al volante de contención porque necesita cerrar el grupo con un triunfo que lo consagre como “segundo mejor primero” y, así, asegurar la ventaja de definir las llaves decisivas en Núñez. Pero el Muñeco ha ordenado a sus piezas que maniobren con cuidado: ni una entrada mal medida, ni un cruce al límite. El mensaje es claro: ganar sí, pero sin arriesgar lo indispensable. El equipo y el contexto La probable formación para chocar contra los estudiantiles hoy sería: Armani; Bustos, Pezzella, Martínez Quarta, Acuña; Castaño, Pérez, Fernández; Mastantuono, Driussi y Colidio. Con esa base, River buscará la victoria y, de paso, una goleada que le permita mejorar la diferencia de gol frente a otros punteros. La misión es doble: sumar los tres puntos y mantener en cancha a sus titulares clave. ¿Qué está en juego? Localía en octavos: Ser el segundo mejor primero le daría al Millonario la chance de cerrar la ida y la vuelta en el Monumental, una ventaja copera invaluable. Cuidado de piezas: Sin Armani o Castaño, la zaga y el mediocampo perderían dos baluartes. El Pulpo es voz de mando en cada pelota parada y Castaño, el escudo que frena los ataques rivales. Pasión y presión En Núñez saben que la hinchada no perdona errores, pero también entiende la urgencia de clasificar con ventaja. Los cánticos irán desde el clásico “¡River, mi buen amigo…” hasta consejos para que ambos jugadores “frenen, pero no se frenen”. Porque en el Monumental, además de alentar, se vive cada cruce a flor de piel. Este martes, River saldrá a la cancha con el cuchillo entre los dientes y el susurro de “cuidado con las amarillas” retumbando en el vestuario. Porque en la Copa Libertadores, cada detalle cuenta… y si Armani o Castaño se pierden los octavos, el Millonario sabrá que fue por un cartón de más.