El reloj corre en Brandsen 805 y cada día que pasa le complica la vida a Boca. Ayrton Costa, el zaguero de 25 años que aterrizó con chapa de titular tras su gran paso por Independiente, todavía no consiguió la visa para entrar a Estados Unidos: arrastra una probation por un “robo calificado en poblado y en banda” en 2018, y ya sufrió dos negativas de trámite (fines de 2024 y principios de mayo). Si no logra el permiso antes del cierre de la inscripción, no podrá integrar la delegación, y la defensa quedará en la cuerda floja para el arranque del torneo del mundo.   Frente a esta urgencia, el otro central de la zaga, Marcos Rojo, ve cómo su futuro pasa de ser discutido por su rendimiento a ser clave por una cuestión reglamentaria. El exseleccionado argentino, que terminó el semestre con altibajos físicos y gran experiencia en torneos internacionales, se postula como la pieza de recambio obligada. ¿Renovar su contrato con un cupo de extranjero o buscar un sustituto de urgencia? Esa es la gran pregunta que late en las oficinas del Consejo de Fútbol, mientras Russo perfila su primer XI .    Lista de 35: la hora de la verdad La FIFA habilitará el mercado especial del Mundial de Clubes del 15 de junio al 13 de julio, pero Boca debe presentar la lista el 10 de junio como fecha tope. En ese grupo de 35 jugadores, solo pueden figurar aquellos con visa aprobada y cupo de extranjero disponible. De no incluir a Costa, el Xeneize perderá a un defensor de elite; de contar con ambos, se consumirá uno de los valiosos espacios reservados para foráneos.  El desafío en defensa En el Grupo C, Boca enfrentará al todopoderoso Bayern Múnich, al siempre aguerrido Benfica y al héroe oceánico Auckland City. Con solo tres jornadas por delante (16, 20 y 24 de junio), cualquier fisura en la zaga puede ser fatal. Gallardo—perdón, Russo—ya marcó el camino: aspira a una estructura sólida, con Battaglia cubriendo espacios y los laterales aportando proyección. Pero la columna vertebral de la defensa dependerá de la libreta de visas y la resolución del caso Rojo. En Boca, cada firma en un consulado y cada decisión en un contrato pueden valer más que un gol en la Bombonera. Este Mundial de Clubes, la meta es clara: no solo sobrevivir al Grupo C, sino hacerlo con la tranquilidad de tener a los centrales bien plantados. Ahora, la pelota está en la mesa de los abogados y del propio Riquelme: ¿tendrán el OK a tiempo para cerrar la muralla xeneize?.