Primera

Russo entre lágrimas y nostalgias: el DT se emocionó en Lanús antes de volver a Boca

El entrenador vivió un momento íntimo al ser homenajeado por su logro de 1992 en el club Granate, derramó algunas lágrimas y demostró que su pasión no conoce de banderías, justo cuando acelera los últimos detalles para su tercer ciclo en el Xeneize.

  • 27/05/2025 • 11:57



Miguel Ángel Russo apareció este lunes en la sede de Lanús para recibir un reconocimiento por aquella gesta del ascenso a Primera División de 1992, cuando dirigía al Granate. En un acto cargado de anécdotas y reencuentros, el entrenador de 69 años no pudo contener la emoción: la nostalgia y el orgullo lo hicieron soltar algunas lágrimas mientras antiguos jugadores, dirigentes y allegados lo abrazaban y celebraban aquel título inolvidable.

El recuerdo de aquel plantel humilde, que logró el regreso a la élite tras años de frustraciones, puso de manifiesto el costado más humano de Russo. Más allá de su fama de estratega frío y ganador, se vio al DT que aprendió a valorar cada lágrima, cada abrazo y cada gambeta de aquellos pibes que se rompían el lomo por la camiseta.

El homenaje llegó en paralelo al acuerdo sellado con Juan Román Riquelme para su tercer ciclo en Boca Juniors. Mientras los últimos papeles se firmaban con el Consejo de Fútbol, Russo aprovechó para reencontrarse con amigos de Boedo, disparar anécdotas de los vestuarios viejos y compartir un mensaje claro: “La pasión es la misma de siempre, solo cambia el club”.

En sus dos etapas anteriores en Boca (2007 y 2020–21), Miguel logró cuatro títulos, incluyendo la mítica Copa Libertadores 2007 que trajo calma a la Bombonera después de 22 años. Ahora, con el Mundial de Clubes a la vuelta de la esquina –debutará el 16 de junio ante Benfica en Miami–, llega con la mochila llena de éxitos y el corazón renovado por ese reencuentro sentimental en Lanús.


Russo demostró que, más allá de los resultados, el fútbol se lleva en la piel y en las lágrimas de emoción. Y en Boca, esta vez, promete contagiar ese sentimiento desde el primer día.