En una noche de alta tensión en Miami, Boca logró emocionar. Cuando todo parecía perdido, apareció Miguel Merentiel con un gol de otro partido: ganó de arriba en un contragolpe, sacó fuerza, esquivó marcas y definió cruzado ante Neuer para el 1?1 parcial. Fue a los 66 minutos y encendió a 60.000 xeneizes: *"Que la gente crea"* lanzó él después, y el estadio vibró como una Bombonera en llamas —un momento épico para los que creen en la remontada                                         Pero la alegría duró poco: Bayern reaccionó con temple. A los 84, Michael Olise apareció en el área chica para poner el 2?1 definitivo, tras una gran asistencia de Kane, que en el primer tiempo había abierto la cuenta. El golpe del inglés selló el destino del partido: victoria alemana, clasificación confirmada y el sueño de Boca ahora queda en manos de combinaciones matemáticas   Merentiel demostró que tiene gol, carácter y sangre, y es la prueba viviente de que Boca no llegó a Miami de paseo. Ese empate lo dejó vivo. Pero cuando parecía que la historia daba lugar al milagro, Bayern mostró oficio, categoría y definición. El ambiente rugió y Boca respondió, pero no pudo cerrar la obra. Ahora, la ecuación queda clara: necesitan golear a Auckland y esperar que Bayern le gane a Benfica para soñar con octavos. Un gol hizo creer, otro los dejó al borde. Pero el espíritu quedó intacto.