Después del 2-1 con Bayern en Miami y la paliza de Benfica por 6-0 a Auckland, el camino de Boca para clasificar se convirtió en una misión extremadamente exigente. El Xeneize cerrará su participación el martes 24 a las 16h (ARG) frente a Auckland City en Nashville —el horario punto 16 para clasificar y dependerá de un resultado clave en Charlotte, donde Bayern recibirá a Benfica. El Xeneize necesita *una goleada por al menos siete o ocho goles, que le permita superar la diferencia de gol de Benfica, que hoy ostenta +6 (frente al –1 de Boca) Pero eso no es todo: también el Xeneize depende de que **Bayern le gane o empate a Benfica*. Si los portugueses vencen o empatan, eliminan a Boca sin importar cuántos goles haga. En caso de empate en puntos frente a Benfica, Boca quedaría afuera por diferencia de gol. Si esa diferencia se lograra empatar, entonces el desempate entra a criterios de fair-play, donde Boca arrastra más tarjetas: –13 puntos contra –9 de Benfica.     La ecuación es clara y cruel: Boca necesita *vencer como sea y con contundencia histórica*. Pero la verdad es que, además de su propia hazaña, requiere que Bayern “le haga un favor” y le gane o empate a Benfica. No hay margen para el empate ni margen para errores arbitrales ni extremismos tácticos. En resumen: ganado primero, rezado después.