En Boca hay algo que persiste con obstinación: el doble “9”. No importa si viene del sur, del futuro o de quien sea, desde Jorge Almirón hasta Miguel Ángel Russo, todos terminaron reforzando sus ataques metiendo dos puntas en simultáneo. Y funciona, porque el partido se resuelve en esa zona.    No es un invento. Russo lo aplicó cuando asumió en esta etapa —incluso en el Mundial de Clubes— aunque Cavani arrancó lesionado y en vez de meter a un extremo, apostó por otra dupla de centrodelanteros. Esa elección no fue por moda, fue por convicción táctica.    ¿Los elegidos? Edinson Cavani prácticamente despejó cualquier duda en ese terreno: de los 72 partidos que jugó en Boca, solo en seis entró como suplente. Su jerarquía pesa, y ante eso, los técnicos aprendieron a adaptarse alrededor suyo en lugar de pelearse con su rol.    Y Cavani tuvo cómoda compañía: Miguel Merentiel, aunque menos rimbombante que el uruguayo, se ganó su lugar por rendimiento. La dupla funcionó y antes que de extremos, Boca se acostumbró a jugar “entre dos referencias de área”, sin muchas piruetas por afuera.    Las apuestas recientes por extremos jóvenes como Zeballos o Aguirre no duraron: intentaron, probaron, pero el sistema se impuso igual. Y la lógica es implacable: sin alas contundentes, mejor mantener dos piezas dentro del área.    La pregunta final queda en el aire: ¿seguirá Russo fiel a esa línea aunque River también refuerce con dos potencias adelante? O ¿cambiará la clave del ataque xeneize para recuperar la ilusión en un presente tan exigido?         WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbAgwh3DeONCnOA33c40 X: www.x.com/zonadegol_ok