. Escenario de horror: Decenas de miles de hinchas en Avellaneda presenciaron cómo desde tribunas altas, fanáticos chilenos cometían destrozos: rompieron baños, arrancaron butacas, incendiaron asientos y arrojaron artefactos a la cancha. La Policía debió intervenir y replegar a los violentos —algunos con palos y explosivos— en medio de gritos, corridas y escenas de absoluto descontrol.   Grindetti rompió el silencio institucional: en diálogo con TyC Sports, relató con indignación: “Nos destrozaron los baños y tiraban los artefactos a la tribuna. Fue una violencia inusitada que nunca vi… absolutamente injustificada porque el partido no lo justificaba.” Después remarcó que no fue un hecho aislado: fue agresión directa desde la tribuna visitante.   Presente en el estadio cuando explotó todo, Grindetti defendió la postura del club y pidió medidas concretas: “Hay un claro responsable, no tuvimos nada que ver. Si hay que ir a Paraguay para defender nuestros intereses, iremos. Corresponde una sanción para el club chileno”, afirmó con firmeza.    Desde los objetivos de seguridad, el presidente insistió en que el operativo había sido aprobado por Conmebol, Gobierno provincial, Independiente y el club visitante. “Nunca se puede prever cuando la conducta se sale de lo normal”, advirtió. Hubo 90 detenidos y varios heridos en enfrentamientos, muchos con politraumatismos y trasladados a hospitales.    Distintas realidades en las tribunas: mientras los hinchas locales habían respondido con energía, desde el campo hacia el propio público visitante, el comportamiento fue completamente opuesto: “En Chile, nuestros hinchas se comportaron, no pasó nada. Acá no está en discusión el comportamiento de los nuestros, fue ejemplar. Este nivel de violencia nunca lo esperábamos”, concluyó Grindetti.           WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbAgwh3DeONCnOA33c40 X: www.x.com/zonadegol_ok