La noche que pareció perfecta –la clasificación de Inter Miami a semifinales– tuvo una grieta política y controversial. La expulsión de Javier Mascherano por protestar durante el primer tiempo no solo sacudió el banco, sino que abrió el debate: ¿Puede un entrenador seguir dirigiendo desde la tribuna y hablar por teléfono con el cuerpo técnico?   Mascherano protagonizó un cruce en la rueda de prensa previa al duelo por la MLS con DC United. “Me acato a las reglas”, afirmó con cierto fastidio, y explicó que tras la roja el protocolo lo llevó a la tribuna. “Podría haber ido a una suite, pero me senté donde estaba permitido, donde el estadio permite que el entrenador, a ese nivel, esté cerca de la cancha”, aclaró.    No se dejó amedrentar por los cuestionamientos: desafió sobre si pareció correcto “dirigir desde allá” y señaló que consultó al torneo si podía permanecer en ese lugar. “Me dijeron que sí, porque es gradería. Si hubiera sido ilegal, me hubieran sacado”, subrayó.    El momento candente llegó cuando le preguntaron si admitiría que otro técnico, como Leandro Pareja, se comportara igual. Mascherano respondió: “No es lo que acepto yo... es lo que hay. Esto es fútbol. Están armando un escándalo. A mí me interesa hablar de fútbol”.   En sus reflexiones incluyó la discusión que derivó en su expulsión: “El árbitro dio 4 minutos de adición y se jugaron 6. Discutí con el cuarto árbitro eufóricamente, no insulté. Fui al vestuario y me dijeron que estaba amonestado; cuando salí en el segundo tiempo, me sacó la roja. Fue eso”.   Finalmente, aclaró el uso del teléfono: estaba en contacto con sus videoanalistas, algo común en el fútbol moderno: “Muchos entrenadores tienen ese contacto. En realidad, si no fuera legal, me lo habrían prohibido. Yo voy a estar siempre con mis jugadores y pagaré lo que tenga que pagar”, sentenció.       Defensa técnica clara Mascherano insistió: no violó ninguna regla Ubicación frente al campo Elegida por conveniencia, no por rebeldía Contexto de expulsión Protestó fuertemente el tiempo añadido. Le sacaron la roja en el vestuario Contacto con el equipo Coordinó desde la grada con videoanalistas Actitud firme No esquivó a la prensa. Respondió con argumentos y actitud     Esta defensa de Mascherano no fue tibia: fue un acto de convicción pública. Fue su manera de enfrentar la polémica sin retroceder. Y dejó claro que, en su estilo, está dispuesto a asumir consecuencias, pero sin perder el lugar donde considera que debe estar: al lado de los suyos.         WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbAgwh3DeONCnOA33c40 X: www.x.com/zonadegol_ok