River parecía llevarse una victoria clave en La Fortaleza con un gol de Juan Fernando Quintero, tras una buena combinación colectiva y definición precisa. Pero, cuando el partido expiraba, Rodrigo Castillo aprovechó un centro venenoso y empató de manera agónica. Fue una estocada que desató una reacción visceral de Marcelo Gallardo.   En ese instante fatal, Gallardo pronunció un lapidario “la puta madre” y se volvió hacia su ayudante, Matías Biscay, recriminando la pérdida de la posesión en el medio del campo—una distracción que derivó en el gol rival. La tensión fue tal que el Muñeco decidió levantar la conferencia de prensa y no dar explicaciones post partido.   El rostro de Gallardo reflejaba desazón pura: silencio, incredulidad y una chispa de ira contenida. Ese silencio pesó tanto como el gol rival: era un reflejo del dolor que sentía un cuerpo técnico ya golpeado por la paridad en el tramo final.   Exabrupto del DT    “La puta madre”: síntesis del dolor por un triunfo que se le escapó. Reclamo visible    Cuestionó a Matías Biscay por la pérdida clave de balón de Quintero. Consecuencia inmediata    Suspendió la conferencia: dijo todo sin decir nada. Ambiente emocional    Combina indignación, tensión y resignación. Un equipo que vuelve con sabor amargo.   Este fue el momento en que River volvió a golpear la pared en Mendoza. La franja final no perdona, y Gallardo lo sintió. El grito retumbó más fuerte que cualquier jugada: fue el choque con la realidad.       WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbAgwh3DeONCnOA33c40 X: www.x.com/zonadegol_ok