Después de un partido intenso y una derrota reñida ante Bayern Munich, un nombre prendió fuego en redes sociales: *Marcos Rojo*. Mientras el equipo sufría en la cancha, el defensor se lo vio riéndose en el banco durante un momento de máxima tensión y protestas. Ese gesto fue la chispa que encendió el enojo de la hinchada, que se volcó en pedidos inmediatos: “¡Échenlo del club!”, bramaron varios en redes sociales y foros, como reflejó ‘Sangre?Xeneize’, uno de los referentes digitales que llegó a pedir junto a otros nombres: “Por favor, echen a la mierda a Rojo, Herrera y principalmente al ex jugador vende humo Cavani. Traigan tres refuerzos de jerarquía”. La situación derivó rápidamente en tendencia. Los fanáticos no ocultaron su furia: reclamaban responsabilidad, actitud y respeto por la camiseta. Para muchos, lo de Rojo fue la gota que rebasó el vaso en una noche ya cargada de decepción por el resultado y el contexto del partido.   Zona de Gol lo interpreta Rojo, campeón mundial con Argentina, se convirtió en símbolo de una actitud intolerable para el hincha en un momento caliente. Que se lo enfocara riendo, mientras Bayern sacaba ventaja, fue visto como una falta de compromiso. Y en Boca, la exigencia emocional es parte del contrato. El mensaje es claro: en instantes decisivos, no se toleran gestos. Y si querés vestir esa camiseta con orgullo, la entrega tiene que ser total. Tras esta reacción popular, el futuro de Rojo –y posiblemente de otros señalados– depende de una respuesta futbolística fuerte y contundente.