La frase de *Lautaro Martínez* luego de la eliminación ante Fluminense, encendió un incendio en el Inter:*“Quienes quieran quedarse, que se queden; los demás, que se vayan”*, advirtió el capitán, poniendo el dedo en lo que consideró falta de compromiso. La bomba cayó fuerte: *Giuseppe Marotta, presidente del club, apuntó directamente a **Hakan Calhanoglu*, insinú que sería uno de los aludidos: “Si un jugador ya no quiere estar, la puerta está abierta. Eso se refería a Çalhano lu”, reconoció en DAZN. Pero Calhanoglu no se quedó callado. Desde sus redes sociales respondió con un post contundente: > “Palabras que dividen, no unen. La historia recordará a quienes se mantuvieron en pie, no a quienes alzaron la voz”. También aseguró que pese a estar lesionado, se mantuvo al lado del equipo en el Mundial de Clubes y que siempre fue leal a la camiseta.                                 En su mensaje, detalló que viajó lesionado para acompañar, explicó su situación médica y reclamó respeto: “Nunca dije que no era feliz aquí, nunca traicioné esta camiseta… la verdadera fuerza reside en saber respetarnos mutuamente”. Además, su esposa fue parte de la cruzada online: aseguró que su marido nunca traicionó, recordó el apoyo en momentos difíciles y dedicó un mensaje emotivo: “Algunas personas no son leales a ti; cuando sus necesidades cambian, también cambia su lealtad”. El comunicado de Hakan Calhanoglu: Este cruce desnudó una grieta palpable en el vestuario de Inter. Por un lado, la voz del líder, el capitán, exigiendo compromiso y definición. Por el otro, la defensa apasionada de un jugador que siente que sigue siendo parte del proyecto, incluso sin jugar. La presencia de *Cristian Chivu* al mando complica aún más el panorama, en medio de una temporada marcada por desafíos internos y caídas por definición.   ¿Qué viene ahora? * Reunión urgente:* Chivu y la dirigencia se reunirán con Calhanoglu para bajar tensiones. * Evaluación deportiva:* la continuidad del turco depende de su recuperación física y su impacto en lo grupal. * Foco en el futuro:* el club deberá demostrar si prioriza la unidad del vestuario o los mensajes disruptivos que surjan desde adentro.   Este escándalo marca un antes y después en el Inter: las palabras de Lautaro resonaron, y Calhanoglu respondió con valentía. Ahora, el desafío será reconstruir la confianza para volver a mirar hacia adelante, con la camiseta puesta y el grupo alineado.